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  • Foto del escritorBienestar Colbun

Duelo, etapa y emociones

Vivir un duelo es una experiencia que como seres humanos enfrentaremos a lo largo de nuestras vidas, sin embargo, no hablamos mucho de ello. Trabajar en nuestra emocionalidad clave para poder conllevar de manera más saludable este proceso. A partir de esta necesidad y en el marco de la campaña de Salud Mental de Bienestar la psicóloga clínica Estefanía Rodríguez realizo una charla-taller donde nos enseñó sobre este tema. Si no pudiste asistir, ¡Aquí te dejamos un resumen y al final de este blog encontrarás el link para el vídeo del taller!



¿Qué es el duelo?

Para iniciar debemos comprender que el proceso de “duelo” no se limita a un fallecimiento, sino que, a procesos cotidianos, tales como la pérdida de una amistad, el término de una relación o el despido de un trabajo.


Este proceso se construye como una respuesta natural ante la pérdida y si bien se habla tradicionalmente de las cinco etapas del duelo (Negación, rabia, negociación, tristeza y aceptación), es necesario comprender que el “duelo” es diferente en todas las personas, asociado a los diferentes factores, tales como culturales, familiares o la infancia; por esto este proceso será tan diferente dependiendo de cada persona.


El Rito es clave para el duelo, logrando marcar el proceso y ayudando a resignificarlo. Y fue algo que lamentablemente se ha visto impedido por las consecuencias de la crisis sanitaria.




Emocionalidad

Lo primero que debemos tener en cuenta es que no existen emociones “buenas” o “malas”,

todas son igualmente válidas, sin embargo, desde la cultura occidental existe un fuerte rechazo ante las emociones que nos hacen sentir dolor. Esta situación se ve con fuerza en la sociedad chilena, donde se posee un pensamiento muy rígido, el cual no permite hablar ni ubicar las emociones, y que, por tanto, también tiene un evidente rechazo al dolor, y se ve mucho más marcado en el caso de los hombres.


Hay que tener en cuenta que la vida tiene dolor y amor, y para poder enfrentar de manera más realista nuestras emociones, debemos romper con la fantasía de que debemos ser constantemente y completamente felices.


Otro punto que debemos tener en cuenta es que las emociones se encuentran interconectadas con los pensamientos y con el cuerpo, por lo tanto, los efectos emocionales también se verán reflejados en estar áreas. En el caso del duelo, las emociones que surgen en el proceso tienden a hablar de los conflictos y realidades de nuestra propia emocionalidad, en este sentido, debemos hacernos cargo de estas emociones, reconocerlas y trabajarlas, no evitarlas.



La muerte

El miedo a la muerte, se encuentra directamente relacionado a cómo vamos a vivir el duelo

de un fallecimiento. Este temor se vincula a la incertidumbre que genera algo que es desconocido, y por lo tanto no lo podemos controlar.


Asociado a este temor se encuentra el hecho de que no nos concentramos en el presente, por lo que nos posicionamos demasiado en el futuro, preocupándonos de cosas que aún no han sucedido. En el caso de la pandemia, un aprendizaje que esta ha traído es comprender que no tenemos el control sobre todas las cosas, y, es más, lo único que yo puedo controlar es cómo reacciono ante los acontecimientos de la vida.



¿Cuándo es momento de acudir a un especialista?

Es normal en los procesos de pérdida sentir un vaivén emocional, sin embargo, cuando esta inestabilidad aumenta en su intensidad, es deshabilitante por un tiempo prolongado o afecta directamente la productividad (Dejar de comer, trabajar, asearse, dormir, etc.), es necesario acudir a algún especialista del área de salud mental. Y dependiendo de cada contexto es posible evaluar el uso de farmacología.

¿Qué podemos hacer?

La especialista nos deja las acciones y tipos de conducta que podemos incluir en nuestra vida, para comenzar a tener una mejor relación con nuestras emociones, avanzar hacia el autoconocimiento y poder enfrentar experiencias como el duelo.


  1. No evitar hablar de aquello, en medida de nuestros tiempos, podemos hablar de cómo nos sentimos y de la persona que perdimos. Si evitamos hablar del dolor, este tiende a hacerse más grande.

  2. Armar redes de apoyo con tus seres cercanos, con quienes podamos expresar nuestros sentimientos de manera sana.

  3. Vivir el día a día, concentrando nuestro cuerpo, mente y emociones en el presente. Mirar nuestras manos, buscar elementos de la naturaleza o incluso mover el cuerpo permite poner nuestra atención en el ahora.

Recuerda revisar los convenio de Bienestar con Instituciones y Especialistas de la salud mental ¡Pincha aquí para revisarlo!

Revive el video de este taller ¡Pinchando aquí!














Datos de contacto de la psicóloga relatora:


Estefanía Rodríguez:

Psicóloga Clínica

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